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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Lobera forja su propio destino




El técnico amarillo finalizaba su rueda de prensa posterior al encuentro frente al Mirandés con las siguientes palabras "El ascenso no te lo regalan, te lo ganas día a día, este final de 2012 es dulce, viendo cómo empezó la temporada y espero devolverle a la afición todo lo que se merece" rematando con que "el 2013 será inolvidable para nosotros", respondía con claridad acerca de si pedía a Los Reyes Magos el ansiado ascenso a Primera. Todas ellas, afirmaciones que hace un tiempo eran impensables. Y cuando me refiero a impensables no lo digo por la meta del ascenso, sino por la confianza que tiene en su trabajo, ya que cualquier otro entrenador ante esa pregunta hubiera dicho “ojalá que los Reyes nos hagan ese regalo”, es decir, a sabiendas de que un milagro sería la única opción.


Justamente cuando iba de camino al estadio para presenciar este partido, comentaba con mi padre la fe de Lobera en su profesionalidad y la convicción de lo que hace. Recordaba la constancia del maño cuando los momentos no eran buenos y su transparencia de cara al público. Sabedor de que la plantilla que se le había confiado era para alcanzar grandes cotas. Nunca se escondió, ni dijo que esto era lo que había o que con estos jugadores, que más le podían pedir. Era consciente de las virtudes y fue él, el que busco soluciones tácticas para dar con una tecla que acumula 14 partidos oficiales sonando de maravilla. No fue contra la prensa ni contra sus aficionados, más bien todo lo contrario. Y es ahora cuando esos detalles cobran importancia, puesto que todo el mundo sabe llevar el viento a favor y muy pocos entrenadores saben avanzar cuando les viene en contra. No quiero nombrar entrenadores pasados, pero está claro que el discurso del joven Lobera debería hacer pensar a más de un veterano ofuscado en su oscura “realidad”. Una ambición que en nuestra isla llevábamos mucho tiempo sin ver, lo cuál se agradece tras años de conservadurismo o quizás simplemente estacamiento. Una mentalidad que muchas veces desde fuera achacábamos a los jugadores pero que si vemos la plantilla de este año, no ha cambiado tanto con respecto al pasado, por lo que quizás no tuvieron un motivador adecuado que supiera sacar el jugo de sus botas.

Quedan seis meses frenéticos de competición, en los que el míster amarillo no piensa aludir a milagros o regalos, siempre quiere más y esa será la clave de nuestro éxito. Ascender sería la palma y no hacerlo también, si al menos somos capaces de luchar por él. Algo a lo que Lobera no piensa renunciar nunca y eso ya es todo un logro, a tenor de lo visto en campañas anteriores. Ha sido capaz de cambiar la mentalidad de la plantilla, de la afición y de toda una isla. El Loberismo no espera, ni se acomoda por nadie,  sino que fragua su propio futuro.

1 comentario:

  1. Han hecho una gran eliminatoria de copa frente al Betis, con una pizca de suerte (y quizás algun millon arriba) se hubiesen clasificado!!

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