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jueves, 25 de octubre de 2012

La maldición germana

El balance del Real Madrid en Alemania es nefasto, propio de una maldición. En 23 visitas oficiales a Alemania, el equipo merengue tan sólo ha conseguido una victoria. En la temporada 2000-2001 los blancos derrotaron 2-3 al Bayer Leverkusen con goles de Roberto Carlos (2) y Guti. Esa misma campaña, el equipo entrenado por Vicente del Bosque caería en semifinales de la Champions frente al Bayern Munich. 

El Madrid llegaba a Dortmund con una defensa en fase experimental debido a las numerosas bajas. La nota positiva era la recuperación de Khedira para un partido decisivo en el que estaba en juego el liderato del grupo D. En la delantera Mourinho apostó por el clásico tridente Cristiano, Benzema, Di Maria y dejó en el banquillo a Higuían. Un Signal Iduna Park lleno hasta la bandera, con más 80.000 aficionados en las gradas,  esperaba el pitido inicial del arbitro mientras el ruido ensordecedor se apoderaba del ambiente. Puestos los alicientes, solo faltaba que empezará el encuentro.


El Madrid intento controlar el partido en los primeros instantes, pese a no tener el balón, el equipo blanco imponía respeto a un Borussia tímido y expectante. El conjunto alemán esperaba en su campo e intento sorprender a la contra. Pero el devenir del choque cambio con la lesión de Sami Khedira. El alemán recayó de sus problemas musculares y tuvo que abandonar el terreno de juego. Modric fue el jugador elegido por Mourinho para suplir la inesperada baja de Khedira. El técnico luso no tenía otra cosa en el banquillo. Essien estaba en la banda izquierda y no era cuestión de que jugara Kaka. Durante la primera media hora, Di Maria estuvo muy activo, pero sus disparos no encontraron puerta. El Dortmund comenzó a desperezarse con lanzamientos desde fuera del área que hicieron trabajar a Casillas y la defensa blanca empezó a sentir la presión. Poco después, llegaría el gol alemán. Pepe envió a Özil un balón muy comprometido que provocó un contra letal y el gol de Lewandowski. El polaco se marcó un partidazo e impartió una lección a todos aquellos aprendices de delantero. La replica blanca no se hizo esperar y Özil puso un balón perfecto a la espalda de la defensa germana para la aparición como un misil de Cristiano que con una sutil vaselina superó a Weidenfeller. Al borde del descanso ningún equipo controlaba el partido y el campo era una sucesión de jugadas imprecisas y pases defectuosos. 

En la segunda parte, el Dortmund saltó al césped en tromba. Los madridistas no podían frenar la acometidas de un rival incisivo. Los alemanes presionaban, recuperan y montaban la contra. El caos se apoderó del centro del campo y esta situación perjudicó al equipo blanco. El barco comenzó a hundirse por la banda de Essien. El falso lateral no podía hacer frente a las internadas de un rival desatado. Casillas desbordado acertó a despejar un centro desde el flanco izquierdo pero el balón cayó en los pies de Schmelzer. El alemán golpeó el balón como alma que lleva el diablo y el esférico atravesó el bosque de piernas para acabar colándose en la portería defendida por el meta español. De repente, volvieron los fantasma del pasado. Otra vez, el Real Madrid perdía en Alemanía. Los blancos fueron incapaces de reaccionar y el empuje germano acabó aplastando a los madridistas. Pronto llegaron las prisas y el nerviosismo, los balones colgados a la olla y los disparos a las nubes. Con el pitido final, el equipo merengue consumó su cuarta derrota en 13 partidos. 

EL DATO: Iker Casillas igualó a Seedorf (125) como tercer jugador con más partidos en la historia de la Champions League, sólo superado por dos leyendas, Raúl y Giggs.




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