El Real Madrid firmó su clasificación a octavos con un polémico empate frente al Manchester City. El arbitro se erigió como el gran protagonista de un partido donde el equipo blanco perdió todas las opciones de acabar primero de su grupo. Este tropiezo, unido a la victoria del Borussia Dortmund en tierras holandesas, sentenció a los merengues a la segunda plaza.

En el vestuario, Mancini decidió hacer un cambio para solucionar los problemas de su equipo. Javi García saltó al campo con el objetivo de equilibrar las fuerzas en el medio del campo y Silva, desatado de sus labores defensivas, comenzó a desplegar su calidad. El Manchester controlaba el tempo del partido y ahora el Madrid era quien sufría. La primera ocasión clara estuvo en las botas de Agüero pero una espléndida parada de Casillas evitó el empate. La jugada clave del partido llegó mediada la segunda parte. Gianluca Rocchi, un viejo conocido de Mourinho, pitó un penalti inexistente de Arbeloa sobre el Kun Agüero. El argentino convirtió la pena máxima y puso las tablas en el marcador. Arbeloa vio la segunda amarilla y dejo a su equipo con diez. El error arbitral hizo imposible cualquier opción de conseguir la victoria. Mourinho puso a Varane en el lateral derecho y retiro del campo a Karim Benzema. El Madrid se replegó y Mancini empleo a Tevez, su último cartucho. Los citizens se volcaron sobre la portería de Casillas con un inspirado David Silva pero no consiguieron superar la defensa blanca. El empate final no sirvió de mucho a ninguno. El Real Madrid consiguió una clasificación agridulce, no será primero de grupo, y el Manchester City se condenó a luchar por una plaza en la Europa League. En el encuentro 100 de Mourinho en Champions, el conjunto blanco, superior en el primer tiempo, no cerró el partido y acabó empatando, víctima del arbitro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario