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jueves, 22 de noviembre de 2012

Un empate injusto

El Real Madrid firmó su clasificación a octavos con un polémico empate frente al Manchester City. El arbitro se erigió como el gran protagonista de un partido donde el equipo blanco perdió todas las opciones de acabar primero de su grupo. Este tropiezo, unido a la victoria del Borussia Dortmund en tierras holandesas, sentenció a los merengues a la segunda plaza. 

Mancini propuso un once defensivo, nada sorprendente conociendo al técnico italiano. La línea defensiva citizens, compuesta por tres defensas y dos carrileros, se mostró insuficiente frente a las continuas acometidas del conjunto blanco. Por su parte, Mourinho empleo su clásico 4-2-3-1 aunque con una novedad. El técnico luso decidió (de una vez) poner a Modric en la mediapunta. El gran perjudicado fue Özil. El alemán, muy irregular en sus apariciones, calentó el banquillo durante todo el encuentro. Este panorama hizo posible la superioridad blanca. Los primeros minutos mostraron el grave error cometido por Mancini. El italiano descuido en exceso su centro del campo con Yaya Toure como único medio puro. Sin presión del rival, Modric y Khedira actuaron a sus anchas. Sami mostró su mejor versión y recordó a aquel jugador todoterreno del Mundial de Sudáfrica. La movilidad de Benzema tuvo su recompensa. Di María colgó una balón al área y el francés apareció a la espalda de la defensa citizens para batir con facilidad a Hurt. En diez minutos, el Real Madrid consiguió tomar la iniciativa. El Manchester estaba noqueado pero el conjunto blanco no asestó el golpe definitivo. Cristiano y Khedira, perdonaron a un rival inoperante. Los madridistas hicieron méritos para conseguir un resultado más amplio, sin embargo, el marcador al descanso no reflejó las diferencias existentes sobre el terreno de juego.

En el vestuario, Mancini decidió hacer un cambio para solucionar los problemas de su equipo. Javi García saltó al campo con el objetivo de equilibrar las fuerzas en el medio del campo y Silva, desatado de sus labores defensivas, comenzó a desplegar su calidad. El Manchester controlaba el tempo del partido y ahora el Madrid era quien sufría. La primera ocasión clara estuvo en las botas de Agüero pero una espléndida parada de Casillas evitó el empate. La jugada clave del partido llegó mediada la segunda parte. Gianluca Rocchi, un viejo conocido de Mourinho, pitó un penalti inexistente de Arbeloa sobre el Kun Agüero. El argentino convirtió la pena máxima y puso las tablas en el marcador. Arbeloa vio la segunda amarilla y dejo a su equipo con diez. El error arbitral hizo imposible cualquier opción de conseguir la victoria.  Mourinho puso a Varane en el lateral derecho y retiro del campo a Karim Benzema. El Madrid se replegó y Mancini empleo a Tevez, su último cartucho. Los citizens se volcaron sobre la portería de Casillas con un inspirado David Silva pero no consiguieron superar la defensa blanca. El empate final no sirvió de mucho a ninguno. El Real Madrid consiguió una clasificación agridulce, no será primero de grupo, y el Manchester City se condenó a luchar por una plaza en la Europa League. En el encuentro 100 de Mourinho en Champions, el conjunto blanco, superior en el primer tiempo, no cerró el partido y acabó empatando, víctima del arbitro. 






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