El Real Madrid cosechó una cómoda victoria frente a un Celta débil e inoperante. El equipo merengue se metió en cuartos gracias a un hat-trick de Cristiano Ronaldo. El portugués tomó las riendas del equipo y acabó ovacionado por la afición blanco. Khedira redondeo el marcador en los minutos finales.
En dos minutos, Cristiano Ronaldo
consiguió remontar la eliminatoria y de paso alegró la noche a un Bernabéu
acostumbrado a sufrir. Eso sí, el gol tempranero cogió por sorpresa a los más
rezagados. Paco Herrera dejó fuera del once titular a Iago Aspas y Oubiña, pero
pronto comprendió su error. El Celta saltó al campo derrotado. Las rotaciones pasaron
factura a un equipo que demostró no tener banquillo y para colmo, se encerró
atrás en busca de una contra que nunca llegó. El portugués se sacó un disparo
durísimo que sorprendió a Sergio Álvarez. El portero vigués quizás se confió
demasiado pero cuando intento reaccionar poco pudo hacer. Cristiano se echó el
equipo a la espalda y demostró ser un jugador clave para el conjunto merengue.
Salió enchufado, con el gol entre ceja y ceja, y contagió a todos sus
compañeros de una mentalidad ganadora clave en estos momentos difíciles.
El Madrid dominó el centro del
campo con un Xabi Alonso estelar y Modric repartió calidad a cada pase, mientras
la movilidad de Benzema y Cristiano volvían locos a los defensas rivales. El portugués
compensó a un francés desacertado, algo común este año. Sin apenas presión del
Celta, el equipo blanco sacaba el balón con bastante comodidad. Los vigueses
despertaron con tímidas llegadas al área merengue pero pagaron su atrevimiento
con otro gol. Modric sacó a pasear el tiralíneas y envió un balón perfecto a la
espalda de los centrales para que Cristiano rematará la jugada. El luso hizo de delantero, se coló entre los
defensas y definió con un toque sutil. El equipo se volcó en busca de la
goleada mostrando un despliegue ofensivo propio de otros años. Mientras, Ayza
Gámez evitó el tercero de Ronaldo, tras inventarse su asistente un fuera de
juego ridículo e inexistente. La primera parte acabó con una amarilla decisiva
para Sergio Ramos después de un coche con De Lucas, jugada que marcaría el
devenir del partido.
Xabi Alonso se retiró lesionado
al descanso, con problemas en el cuello, y Mourinho decidió dar entrada a Varane. El
entrenador portugués reorganizó la defensa madridista y puso a Essien de
mediocentro. Por su parte, Herrera metió en el campo a Iago Aspas. El Madrid
perdió profundidad y mostró un juego carente de ideas. El ritmo del partido se
volvió cansino y a falta de ideas, se impuso el desorden. La situación empeoró
tras la justa expulsión de Ramos. En otro lance con De Lucas, el sevillano dejó
la pierna demasiado alta, y está golpeo al delantero vigués en el pecho.
Segunda amarilla y expulsado. El Celta cabalgó hacia la prorroga, y Casillas
evitó males mayores con dos esplendidas paradas, cuando su equipo peor estaba.
Pero los blanquiazules descuidaron su retaguardia y el ‘pistolero’ Cristiano no
perdonó. En un contra letal sentenció el partido y completó el hat-trick que le
había negado el asistente. Para finalizar, Khedira sacó su alma de goleador y
maquilló el resultado. Y el pase, como no de Cristiano.
Sin duda, un partido clave que puede
marcar un punto de inflexión en el juego madridista y que recuerda a los
partidos donde el Real Madrid arrollaba
a sus rivales con Cristiano Ronaldo como estandarte y figura decisiva. A estas
alturas, el luso lleva 174 goles en sus 172 partidos en el equipo blanco y ya
está entre los siete máximos goleadores del club, a sólo 8 goles de un mito,
Paco Gento.
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