El
Madrid consiguió la victoria en el Benito Villamarín frente a un Betis que
mereció más. Gran partido y doblete de Cristiano. El arbitro no vió un posible
penalti de Ramos en el tiempo añadido.
La
noche sevillana empezó con una alegría para los verdiblancos. En el minuto diez
Ruben Castro controló el balón y asistió a Molina que puso por delante a su
equipo. Jugada muy rápida, una contra letal. Nada pudo hacer Casillas frente al
derechazo del alicantino. El Betis jugó cómodo y sin complejos, hizo un partido
magnífico propio de un conjunto con orgullo. Iriney comandó el centro del campo
y demostró ser dueño y señor de la medular. Higuaín respondió al cuarto de
hora. Ozil, el alemán de ojos saltos y mirada perdida, dio un pase perfecto a
la espalda de la defensa y el Pipita fusiló a Fabricio. El argentino cumplió
con su papel, gol y ya van 17 en Liga. Frente a los destellos de calidad
y a la pegada blanca poco se puede hacer. El empate se impuso en el
marcador. Los equipos tuvieron ocasiones pero ningún consiguió ponerse por
delante.
Pero
Iturralde, árbitro del encuentro no estaba contento. Quizás no encontraba el
protagonismo, ese que tanto ansia. O simplemente la faja, donde metió su
barriga, estaba demasiado apretada. Con Itu nunca se sabe. El colegiado se
marchó al descanso con problemas físicos. Y los peores augurios se confirmaron.
Un problema en el muslo izquierdo le relegó a la banda. Era curiosa ver la
imagen de Iturralde tranquilizando las acometidas de Mourinho. Gorka Sagués,
cuarto arbitro, sustituyó al jefe. Durante 45 minutos capeó el temporal como
pudo. El chaval se encontró con un partido calentito y rezó, seguro, para que
aquello acabara pronto.
En la
reanudación el Betis siguió demostrando valentía y coraje en su juego. Aunque
el peligro y las ocasiones locales no sirvieron de mucho. Cristiano adelantó al
Madrid. Esta vez no hubo un tiro imposible, ni regates increíbles, ni cambios
de ritmo. El portugués encontró la pelota, y golpeó. El mérito de
los béticos fue empatar. Arbeloa, que no tuvo su día, despejó el balón con el
pecho y Jefferson Montero, encontró la pelota muerta en el área. Otra vez
empate. Y la estrategia de Mourinho fue clara. Casillas se encargó de salvar al
Madrid, y entre él y el palo, lo consiguieron. Mientras Cristiano aprovechó un
balón muerto en el área para hacer el doblete. Los apuntes de la libreta mágica
funcionaron, tres puntos y a otra cosa. Ya con el tiempo añadido surgió la polémica. Sergio Ramos dio con la mano al balón dentro del área. La mano de la discordia ocupa portadas y titulares como; "El Madrid tiene la Liga en sus 'manos' ", diario Sport. Poco más se le puede a un árbitro de Segunda B, Iturralde no, el cuarto arbitro.
El Madrid demuestra jornada a jornada una tranquilidad pasmosa,
basada en su excepcional pegada. En esto consiste el planteamiento de Jose
Mourinho. Y si algo funciona, para que tocarlo. Higuaín lleva 17 goles, y el
mejor promedio goleador de esta liga. Cristiano, no tiene calificativos, y ya
suma 32 goles (porque los de penalti también cuenta dirán algunos).
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