La marcha de Pep Guardiola, no deja sólo la vacante de
entrenador, sino el hueco de un icono del barcelonismo y de una figura que ha
hecho historia en el club de su vida. Una trayectoria marcada por un éxito
deportivo, posiblemente inigualable en muchos años. Esta etapa deja en las
vitrinas blaugranas 13 títulos, entre ellos 3 Ligas y 2 Champions, pero lo más
importante es la huella que ha dejado por el juego de toque y ataque desplegado
estas temporadas.
Sin duda su adiós, tras una temporada insatisfactoria
en cuánto a títulos, puede que para algunos no llegue en el mejor momento, puesto
que, debería continuar al frente de la nave para revertir esta situación. Un
momento delicado, no sólo por los títulos, sino también por los continuos
rumores de problemas con pesos pesados del vestuario, como Cesc, Pique o
incluso el propio Messi. Unos enfrentamientos que han podido desencadenar en su
marcha. Sin embargo, creo que su decisión es la más correcta para una entidad
que necesitaría de un nuevo impulso al que agarrarse, un giro que motive a unos
jugadores que han ganado todo y que probablemente se han acomodado en los
últimos tiempos. Está claro que para él, es el momento idóneo para iniciar una
nueva etapa en otro club o quizás tomarse un tiempo de tranquilidad, tras la
presión que ha sufrido estos años a sabiendas de no poder mejorar ya sus
mejores registros.
Aunque,
finalmente la decisión del club ha sido la de sustituirlo por el que hasta ahora desempeñaba el cargo de
segundo entrenador, Tito Vilanova. Por lo que, quizás el cambio que muchos preveían
ha sido el de menor grado posible. Una opción continuista y
conocedora ya del vestuario, pero sin la personalidad, ni la autoridad que Pep había
generado en Barcelona.¿Como gestionará Tito la situación de Pique?¿Reconducirá la actitud de Alves?¿Pondrá limites en el grado de poder que ostenta Messi en el vestuario?.Todas estas situaciones son complicadas y veremos como las afronta el ahora nuevo técnico culé. En mi opinión no es lo que un club como el Barcelona
necesita en estos momentos, pero también muchos opinábamos que Guardiola no era
entrenador para el Barca y ahí están sus resultados. Suerte para Guardiola a
dónde quiera que vaya y ánimos para Tito, tras un año de salud complicado y con
la nueva presión de acaparar los principales focos de atención.
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