El
Mundial de F1 llega al tramo decisivo de la temporada, sólo quedan ya Corea,
India, Abu Dabi, Estados Unidos y Brasil. En estos primeros tres cuartos de
temporada hemos pasado de las victorias sorprendentes, los milagros y las
remontadas de Alonso, a los abandonos,
los golpes y el acercamiento de Vettel. La distancia en el campeonato se reduce
ahora a 4 puntos entre el español y el alemán. Precisamente la última buena
noticia para el piloto de Ferrari se
registró en el Gran Premio germano, alcanzando la victoria y dejando al de Red
Bull en la quinta posición a una distancia de puntos espectacular. A partir de
ese momento un quinto puesto, dos terceros puestos y dos retiradas, ponen en bandeja la situación para que
Sebastian recorte puntos de manera asombrosa con un cuarto puesto, un segundo,
dos victorias y únicamente una retirada.
En ese
tramo de temporada la evolución del monoplaza del equipo austriaco ha
experimentado una mejoría muy relevante que ha devuelto al piloto alemán a
primera línea de competición. En el caso opuesto se encuentra Ferrari, el mismo
Alonso dio un toque de atención a su propio equipo después del abandono en Japón "Llevamos
seis carreras con el mismo coche, sin piezas nuevas. Hay gente con coches mucho
más rápidos que están cometiendo un error tras otro" comentaba el
asturiano, de esta forma da a entender claramente la ineficacia de Maranello
frente a la debilidad de los
adversarios.
Ferrari debe apretar ahora más que nunca, después de años
viviendo de los resultados del español con coches claramente inferiores y
fallos de sus ingenieros con estrategias erróneas, no pueden fallarle este año
con todo a favor. Ya en 2010 la debacle fue mayúscula y la situación en estos
momentos tiene un parecido razonable, aunque todos esperamos que no repita.
Ahora llega Corea, cuatro puntos de ventaja y una escudería
que espera mejoras. El pulso de Ferrari se demuestra ahora, con un piloto que
ha demostrado sacar las castañas del fuego en los momentos malos, es hora de
que el monoplaza también lo haga, puesto que, seis carreras son un mundo y con
una distancia tan corta, el mínimo fallo decantará la balanza final.
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