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miércoles, 7 de noviembre de 2012

Demasiadas dudas

El Real Madrid salvo un empate frente al Borussia Dortmund, en un partido donde los blancos no estuvieron a la altura de la ocasión. El conjunto merengue mostró una imagen pobre, transmitió una falta de frescura e ideas alarmante y dio una sensación de no saber como hacer frente a un rival crecido. El mal arranca inicial pronosticó un partido complicado, augurios que se cumplieron con el gol de Reus mediada la primera parte.

En defensa, Pepe y Varane no se entendieron frente a la movilidad de la delantera alemana. La pareja de centrales acuso la falta de minutos en un choque de máxima exigencia, por momentos ambos se estorbaban. Para completar este caos, Arbeloa estuvo desubicado y perdido en la banda izquierda. El lateral estuvo lento en los goles de Reus y Gotze, ambos se anticiparon con cierta facilidad al salmantino para acabar superando a Casillas. En la banda opuesta Ramos se contagió de la torpeza y nerviosismo de sus compañeros, apenas se prodigo en ataque y en su faceta defensiva no evitó al avance alemán. A esta situación contribuyó el polaco Lewandowski, eje y referencia ofensiva de su equipo. El delantero fue clave en las jugadas previas a los tantos visitantes. En ambas ocasiones atrajo la atención de los centrales madridistas, para después con una prolongación de cabeza perfecta meter un balón a la espalda de sus oponentes. Sus pases fueron medio gol. Primero Reus, y luego Gotze, leyeron a la perfección la intención del polaco. El Madrid cayó en errores en el marcaje propios de futbolistas juveniles.

La debilidad defensiva estuvo acompañada de la incapacidad de sus mediocentros para controlar el partido y crear juego. Una situación similar a la ocurrida en el partido de ida. Mientras Xabi Alonso se encargaba de defender, Modric demostró, otra vez, no ser un centrocampista. Su posición esta más arriba, en la mediapunta. En este puesto, Ozil se diluyó entre los jugadores germanos sin casi participar en el juego. El Madrid tuvo la posesión pero falto profundidad para causar problemas a un rival ordenado y rápido a la contra. El equipo blanco no pudo tirar de pega porque sencillamente no se creaban ocasiones de gol. Cristiano, Di Maria y Higuaín (con problemas musculares) estuvieron desaparecidos y soltaron algún fogonazo sin demasiada pólvora.

El conjunto merengue mostró una fragilidad en su campo propia de otros tiempos. El Santiago Bernabéu apeló en el descanso a aquellas remontadas épicas de los 90 para conseguir situarse primeros de grupo. Callejón y Essien fueron las soluciones de Mourinho. Las únicas opciones si miramos el banquillo. Las nuevas incorporaciones aportaron entrega (nadie aprovecha mejor los minutos que Callejón) y lucha en el medio del campo, y el Madrid consiguió controlar el juego. El Borussia acabó entregando el balón y se retiró en busca de un contragolpe. Pero esta vez el arreón final no fue suficiente para conseguir los tres puntos. Sobre la bocina, Ozil consiguió empatar un encuentro para olvidar con un lanzamiento de falta directa sutil y preciso a la base del palo. Los alemanes siempre fueron superiores a un Madrid irreconocible y venido a menos en los últimos partidos. La realidad es que este equipo arrastra una inercia preocupante pese a los resultados ligueros. Sin duda, el próximo partido frente al Manchester City se antoja decisivo para calibrar el verdadero potencial de un equipo que aspira a levantar 'La Orejona' en Wembley. Después toca recibir al Ajax. La clasificación no parece peligrar, pero está en juego conocer las verdaderas aspiraciones del Madrid para esta temporada.

EL DETALLE: Otra vez la banda izquierda fue un coladero. En la ida jugó Essien y en la vuelta Arbeloa. Mourinho volvió a dejar en el banquillo a Nacho. Con el canterano en la banda izquierda, Ramos y Pepe pueden jugar de centrales y Arbeloa en su banda natural. Una posibilidad, al parecer, impensable para el técnico luso.

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