En estos
primeros compases de la pretemporada, el nuevo coche de la escudería alemana ha
dejado sensaciones contradictorias en sus primeros pasos, tras alternar averías
significativas con tiempos extraordinarios. Aun quedan unas jornadas de
entrenamientos y habrá que ver hasta dónde puede llegar realmente de las manos
de Hamilton y Rosberg.
Ya en el día de su presentación, el W04 presentaba claros síntomas de una
evolución continuista y se consideraba bastante decepcionante, al igual que su
antecesor el W03. Un coche que realmente no presenta mejoras significativas, a
excepción de la aplicación de los nuevos escapes, efecto Coanda y ligeras
modificaciones en el “morro de pato”. De resto, prácticamente el mismo
monoplaza que acabó la temporada pasada, por lo que parece que ni con la
llegada del fichaje estrella de la temporada, Lewis Hamilton, han podido dar
una mayor vuelta de tuerca.
En
su puesta en pista, se le añadirían a esos primeros problemas evolutivos, los
problemas de fiabilidad. El alemán, Nico Rosberg fue el que sufrió el primero
de los reveses de su recién estrenado
W04 en Jerez, al rodar sólo once vueltas en su entrenamiento inicial, teniendo
que retirarse después de que su motor casi saliera ardiendo. Un incidente que
no quedó ahí, sino que al día siguiente
el propio Hamilton acabó impactando contra las barreras del circuito, después
de que los frenos traseros sufrieran una pérdida de presión y no permitieran al
inglés dar el giro pertinente en la curva. El piloto saldría ileso del coche
pero la preocupación era evidente dado el mal comienzo en dos días seguidos de
test.
Sin
embargo, tras este mal inicio, tanto los pilotos como los ingenieros se
pusieron las pilas para revertir la situación, tanto que Rosberg en el tercer
día de entrenos dio hasta 150 giros para recuperar el tiempo perdido y Hamilton
en el cuarto pudo probar el DRS pasivo, realizar un programa muy completo con
diferentes tandas y una simulación de carrera, en sus 145
vueltas. Una vuelta a la normalidad, aunque aún lejos de los puestos de cabeza,
debido también a que al haber sufrido un retraso en su puesta a punto, no
pudieron simular ninguna vuelta rápida.
Sería la llegada a
Barcelona, en dónde se celebran estos días los segundos entrenamientos de
pretemporada, el lugar adecuado para ver realmente la capacidad del Mercedes
W04. Aquí ya la escudería pudo ponerse a prueba con el resto de competidores y
sorprendieron a propios y extraños, al lograr el mejor tiempo de la jornada 1’22’’616,
con Rosber al volante, delante de Sebastian Vettel a más de 6 décimas. Una
buena noticia para el equipo, a pesar del problema sufrido en la caja de
cambios durante la sesión. De hecho el propio piloto resaltaba los continuos
problemas que están teniendo, "es una pena que tengamos que
trabajar en eso…",
admite. "Tenemos demasiados
problemas de fiabilidad en este momento. Aparte de eso, sin duda vamos en la dirección correcta".
Por todo ello, en estos
momentos es probable pensar que el monoplaza es bastante similar al del año
pasado, con el que tanto Rosberg como Schumacher eran capaces de grandes
clasificaciones pero en normalmente acababan fuera de carrera por culpa de la
fiabilidad. Mucho trabajo le queda a Mercedes de aquí a comenzar la temporada.
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