Al Real Madrid se le atragantan
las murallas defensivas. Los blancos forman un equipo letal a la contra, capaz
de recorrer en tres toques prácticamente todo el campo a una velocidad
endiablada, que imposibilita a las defensas rivales darles caza. Algo que sólo es efectivo si el bloque rival se encuentra descolocado. Cuando
el contrario se organiza atrás con dos líneas defensivas prácticamente juntas,
imposibilita al conjunto blanco jugar con su mejor baza y le convierte en un
equipo estático, sin creatividad con el balón en los pies. Al volcar todo su
juego en el área rival, los blancos se limitan a circular el balón sin
encontrar espacios claros por donde atacar, permitiendo a los contrarios
replegarse y detener los insulsos centros áereos que llegan de las bandas.
La segunda parte frente al Manchester
United fue el reflejo de lo que ya se vio en otros muchos partidos ligueros.
Los de Ferguson, dando por bueno el resultado obtenido en la primera mitad, se
limitaron a bloquear al Madrid defendiendo con toda la plantilla en su propio
campo, a la espera de que Van Persie, en alguna contra pudiera apuntillar a los
merengues. Y a punto estuvo de suceder. Los blancos, muy activos en la primera
mitad, no encontraron en el segundo periodo la llave para desarticular el
autobús inglés y lograr ocasiones claras. Las contras se antojaban imposibles
ante la buena colocación de la defensa inglesa, y en esas circunstancias el
equipo no pudo sorprender, y si lo hacía, De Gea se encargaba de parar el
peligro.
La carencia de ideas ofensivas
cuando el Madrid se enfrenta a este tipo de planteamientos en el campo preocupa
mucho a los aficionados, que ven impotentes como el equipo más letal del
planeta se convierte en un conjunto sin ideas, muy previsible con el balón en
los pies. Esta sensación de no ser capaz de elabolar dos jugadas seguidas
bien construidas ya se vivió en otros partidos, situación que se acrecentaba
más cuando el Madrid comenzaba perdiendo fuera. Así, tanto en Sevilla por
partida doble (Sevilla 1-0 Madrid , Betis 1-0 Madrid), como en Los Cármenes
(1-0) o en el Reyno de Navarra (0-0) se vio un Madrid derrotado prácticamente
desde el principio, sin la intención de revertir el resultado, lo cuál no es
propio de los valores de este club.
Sin un 9 ofensivo
Higuaín y Benzema negados de cara al gol |
El miércoles en el Bernabéu los
aficionados se resignaron ante el trabajo de los delanteros del Madrid. Benzema
está rindiendo al ínfimo nivel que mostró en sus dos primeras campañas en el
equipo volviendo a ser ese jugador apático que ni busca la presión arriba ni se
preocupa por mirar portería. Los movimientos del galo alrededor del área buscan
siempre la pared o el toque con otro compañero, lo cuál es preocupante si eres
la referencia ofensiva del equipo. Esa despreocupación quedó reflejada en una
jugada que desesperó a la afición madridista: Karim recibió el balón al borde
del área y en lugar de tirar a puerta al estar bien colocado, pasó el balón a
Cristiano que estaba en peor posición de disparo. El “runrún” comenzó a sonar
en el estadio, que vio en esa acción una dejación del francés total de cara a
portería. Higuaín le sustituyó a falta de 35 minutos, pero el argentino estuvo
igual de desaparecido en el terreno de juego. El peligro del Pipa llegaba
únicamente cuando recibía en banda y trataba de poner balones en el punto de
penalty, pero tampoco era capaz de generar una diagonal o un desmarque que le dejara
solo para batir a De Gea.
Cristiano Ronaldo lleva toda la
temporada marcando las diferencias arriba en solitario. En las grandes citas no
cuenta con un compañero resolutivo arriba o que busque al menos la portería
rival con la mitad de ganas que él. En liga, el luso lleva 24 goles, 10 más que
los conseguidos por sus dos compañeros en ataque (8 Higuaín, 6 Benzema). Frente
a estos datos, la directiva tiene que tomar una decisión para la planificar la
próxima temporada, ya que si no mejora el estado de forma de los puntas, parece
improbable que los dos vayan a seguir siendo jugadores blancos el próximo año. Eso
y, sobre todo, buscar la renovación del crack portugués, que volvió a salvar al
equipo el miércoles elevándose casi 3 metros y rematando un centro de Di María
tras una magnífica suspensión en el aire. Un gol épico que parece una copia del
remate frente al Barcelona que brindó en 2011 la Copa del Rey a la entidad
madridista.
Cristiano bate a De Gea en el gol del empate (1-1)
Cristiano consigue el gol de la victoria (1-0) en la final de Copa del Rey 2011
Dani Mozas
@danigonzamozas
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