El
finlandés se proclama vencedor del Gran Premio de Australia 2103, con una estrategia medida que desbarata los
planes de los pilotos que partieron desde la cabeza. Alonso ha finalizado
segundo, justo por delante de su máximo rival, Sebastian Vettel.
El
Lotus supo conservar los neumáticos a diferencia de sus rivales, por que Raikkonen nunca tuvo grandes peleas en
la pista y lo fio todo al no desfallecimiento de las gomas, una táctica que
hizo imposible el carrerón del bicampeón español. De hecho la victoria sorprendió
a toda la parrilla, después de ir únicamente a dos paradas en lugar de las tres
habituales. Aunque además de esto, el ritmo del monoplaza ha sido verdaderamente
bueno. Se presenta un duro rival que parte con ventaja al haber comprendido
mejor que nadie a los Pirelli y habrá que ver si la escudería británica está a
la altura para seguir innovando el coche durante la temporada
Alonso por su parte, realizó una gran salida que
pronto le situaría en tercera posición sólo superado por Massa y Vettel. Una situación que comenzaría a variar con una
espléndida segunda parada de Ferrari, que adelantándose una vuelta sobre la de
Vettel le arrebataría un puesto que ya nunca cedería. Acierto de los de Maranello,
que parecen en otro mundo después del mal inicio de la campaña pasada. Ritmo
bueno, gran velocidad punta, buena salida y habilidad de los ingenieros. La
combinación de todas ellas ha propiciado este segundo puesto y primer asalto
ganado a Red Bull contra todo pronóstico.
El
perjudicado, Vettel. Buena salida
del alemán, como de costumbre, pero con la gran diferencia de que nunca pudo
sacar distancia a su más inmediatos perseguidores. La ventaja que mantienen los
sábados, a una vuelta, parece no existir los domingos en carrera. Incluso la
distancia con Alonso a final de las 58 vueltas fue de diez segundos. Una
ventaja que pocas veces se pudo ver la temporada pasada. Primer contratiempo de
la escudería austriaca en este loco inicio.
Ya en
la torna de los derrotados, por decirlo así, se encuentran un Massa, que a pesar de realizar un buen fin de semana le
falta ese “punch” para pelear de tú a tú con Fernando en carrera. Poca
agresividad que unida a la mala estrategia que idearon con él dan ese cuarto
puesto. Motivos no le faltan para molestarse con el equipo, pero debe tener
claro cuál es su rol. Un rol que Webber
debe ver ahora más que nítido. El australiano partía de la segunda plaza y
acabó sexto. Muy mala salida del segundo piloto de Red Bull, que cedió posiciones
para perderse en tierra de nadie.
Aunque
la peor parte de la historia se la lleva Mclaren, que han sido muy decepcionantes en calificación y carrera,
con muy malas elecciones de las gomas, un ritmo inferior a los equipos punteros
y demasiada degradación de los Pirelli. No han comenzado con buen pie, pero se
espera de ellos que reviertan la situación, simplemente por el presupuesto.
Y por
último, Hamilton. El británico hizo
todo lo que pudo con un monoplaza que acumula problemas técnicos, como se pudo
ver en el abandono de su compañero Rosberg y que también tiene una gran
degradación de los compuestos. Sin embargo, este quinto puesto le debe saber a
gloria como piedra de toque en la nueva escudería.
Un gran
inicio de Mundial que pone todas las cartas boca arriba y parece que espera una
gran temporada con varios equipos en la pelea. Ojalá se repite el inicio de la
campaña pasada con siete pilotos diferentes llevándose los siete primeros
Grandes Premios.
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