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lunes, 3 de junio de 2013

¡Seamos positivos!

Se acaba la jornada 41, sólo queda una y el paso hacia el playoff se clarifica. La Unión Deportiva Las Palmas acaba de ganar al Numancia en casa (2-1)  y vuelve a los puestos de privilegio. La Ponferradina no ha sabido aprovechar su oportunidad, cediendo su posición en el peor momento. Un único partido separa al equipo amarillo de pelear por una plaza para la mejor liga del mundo. ¿Cuál es la reacción? Pesimismo por el juego, lo cual en mi opinión es increíble por desacertada.
El equipo va cumpliendo el objetivo a falta de un partido, ¿lo hubiéramos firmado antes de empezar? yo creo que sí y ninguno se plantearía si se llega jugando bien o mal. ¿Acaso cuándo subimos a 2ªA el equipo jugaba bien? No, pero ya nadie lo recuerda porque sólo nos acordamos de los vencedores sean cuales sean los medios para alcanzar el objetivo. Con ello no quiere decir que estemos de maravilla ni que esté bien que el equipo juegue mal pero hay que valorar lo logrado esta temporada y que no todo el monte es orégano. Si miramos los últimos resultados de los equipos que también están en la pelea todos sufren lo indecible para sacar su partido adelante o incluso se muestran inoperantes, véase el Alcorcón. Las piernas pesan a estas alturas y la tensión es importante para todos, por lo que el paso que se ha dado en esta jornada es mayúsculo, independientemente del juego desplegado. La temporada no iba a ser un camino de rosas, de hecho no lo fue en las primeras jornadas ni tampoco íbamos a subir de calle con aquella racha espectacular. La segunda división es muy larga y competida, suena a tópico pero es la pura realidad.
Por otro lado, quería resaltar una serie de cosas que parece que se nos han olvidado a todos durante este trayecto. Somos un equipo saneado económicamente, sino miren lo que les está pasando a clubes como Sporting, Murcia, Jerez, Racing, etc.. y probablemente veremos síntomas similares en los recién descendidos de Primera División. Ya sé que me dirán que es un argumento fácil pero no quiero estar en el pellejo de esos equipos. En segundo lugar, se venía de dinámicas muy malas de años anteriores, la gran mayoría de jugadores no sabía ni lo que era ganar tres partidos seguidos ni habían competido a este nivel y eso se lo debemos reconocer a un entrenador que ha tenido, no nos olvidemos, su primera experiencia como profesional. Una apuesta de riesgo desde la directiva que día a día aprende más y que sabe rectificar más que muchos entrenadores con dilatada experiencia. Sabe dar golpes de timón en el momento más delicado, ya lo hizo en la primera vuelta y ha demostrado volver a hacerlo. Se equivocará, será lento en los cambios y mil críticas más que he escuchado pero nos ha devuelto la ilusión. Si algunos son tan exigentes ahora con el equipo agradézcanselo a él porque en temporadas pasadas el curso liguero ya se había acabado para nosotros o peor aún, estábamos en el filo de la navaja frente a la Segunda B.
A todo esto sólo tengo una cosa que añadir, hay que ser más positivos porque estamos ante una oportunidad histórica y el tren pasa pocas veces por delante de la puerta. De no lograrlo esta temporada hay que ser conscientes de que el equipo se puede desmantelar y nos tocará sufrir la campaña que viene. Además, no se puede pasar en una semana de querer echar a media plantilla y a la siguiente querer renovar a todos. No se puede ganar un partido y pretender ganar como el Barcelona. No se puede dejar de remar ahora, somos la UD, lo de sufrir lo llevamos en la sangre y sólo queda un paso para llenar el Gran Canaria en playoff. Vamos a ganar en Murcia y después hablamos del juego.

Arriba de ellos.

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